viernes, 14 de agosto de 2015

La hora del desayuno

Hola a todos.
Siento haber estado ausente tanto tiempo, pero entre los estudios y que mi teléfono en el que tenía todas las cosas pendientes e ideas para subir, murió, pues he tenido que ir posponiendo esta entrada y las que espero, vengan pronto.

Hoy me gustaría daros algunas ideas que yo suelo utilizar a la hora de desayunar, es el principal motivo por el que me levanto con un brinco de la cama, para qué mentir. Mis ganas de comer por la mañana son voraces.

Como ya os dije en la primera entrada, el desayuno es súper importante, hemos de acostumbrarnos a hacerlo consistente. No hace falta que cometamos excesos, pero si que comamos de una manera calmada y tengamos un ratito agradable antes de afrontar las obligaciones diarias. Desayunar sentados con al menos quince minutos para nosotros, estaría genial. Si, sé que cuesta, que es duro, que a veces "no nos entra nada", que no tenemos tiempo, que hay que hacer cosas antes de irnos a trabajar...
Lo entiendo, y por eso sé lo que cuesta organizarse a primera hora de la mañana ( me levanto a las 6:30 - 6:45 de manera normal ) hacer algunas cosas, ducharse, arreglar la cama... no os voy a echar una bronca de madre, para eso vuelvo a remitirme a mi primera entrada.

Personalmente, suelo emplear una media hora, veinte minutos en desayunar. Lo que tardo en prepararme las cosas suelen ser cinco minutos de reloj. Así que a continuación, os dejo fotos y consejos de un desayuno completo, con todas las cosas que podéis desayunar en tiempo récord, hasta usando la sartén, con lo que no os pongáis muy arreglados para desayunar por si acaso.

1. Huevo a la plancha en tostada. 

Personalmente, mi desayuno estrella junto con la tortilla de claras y atún.
Con una cucharada de aceite, disfrutaremos de un completo desayuno en el que tardaremos apenas minutos en prepararlo.
Sartén, aceite ( con una cucharada de sobra, es a la plancha, no frito ), calentamos, mientras tanto cogemos una rebanada de pan integral de molde (o pan blanco, lo que gustéis, pero mejor integral) con un vaso, o molde de repostería hacemos la forma que deseemos. Quitamos el pan sobrante, lo dejamos en el plato, ya que lo comeremos (por supuesto, jejeje)
Cuando el aceite esté caliente, ponemos en la sartén el pan, rompemos el huevo y lo colocamos en el dibujo que hayamos hecho con el vaso o el molde. Esperamos a que se haga bien por un lado, y damos la vuelta, tranquilos, da igual que se rompa, aunque normalmente no suele romperse. Vuelta y vuelta, sencillo. Lo sacamos de la sartén y emplatamos.

Con una bonita forma de estrella del molde de las galletas
2. Pechuga de pavo o atún.

Proteínas puras para el cuerpo chicos, fundamentales, siempre, si o si, en cada comida a ser posible, para ayudarnos a alimentar a los músculos. Vale que el huevo anterior también lleva, pero tiene más calorías aunque sea a la plancha.
Si sois vegetarianos, podéis usar yogur o tofu, maravilloso y súper rico si mezcláis el tofu con un poco de hummus o alguna salsa que os guste.

Té verde al limón, frambuesas, huevo a la plancha y pechuga de pavo con pimienta negra.

3. No olvidéis la fruta ni el queso fresco.

Me encanta desayunar siempre que puedo con algo de fruta, me ayuda a despejarme. Quizás porque aporta ese toque de frescor y color a los desayunos que entra por los ojos. ¿ Cuántos babeamos si vamos de hotel al ver la fruta por la mañana, pero en casa nos da pereza prepararla? ¿ Muchos, verdad? Me suelo decantar por fruta que no precisa una preparación excesiva: fresas, frambuesas, arándanos, plátanos, dátiles... hay mil y una opciones que sólo es lavarlas y comer, no requieren ser peladas o preparadas de forma magistral ( personalmente, por ejemplo, me encanta comer manzanas con y sin piel, pero a veces para desayunar, me da pereza, es como si me costase comerlas, con lo que suelo dejarlas para media mañana )
El queso fresco en cualquiera de sus variantes es un aporte de proteínas magnífico. Podéis tomarlo sólido o líquido si lo batís un poco. En mi caso en esta foto, compré uno con arándanos que estaba de muerte.

Higos, arándanos, queso... ¡lo que se os ocurra!


4. En vez de cereales industriales: Avena.

Desde que descubrí los beneficios y el sabor de la avena hace cosa de dos años, no he vuelto a tomar cereales para el desayuno, es muy raro que compre (salvo si hago alguna receta concreta, los únicos que entran en casa desde hace como diez años son los copos de trigo sin nada, de cualquier marca) ya que no los como.
He querido dejarla para el final, porque es lo que más tarda en prepararse, casi unos diez minutos removiendo y pendientes de que los copos no se peguen. Se pueden preparar con leche o con agua si lleváis una alimentación más estricta. A mi me encantan con leche, se espesa un poco y emana un olor dulce que reconforta, en otoño e invierno, es mi desayuno imprescindible. Suelo además ponerles dátiles, pasas, nueces, plátano, canela, una cucharada de proteínas en polvo... algo diferente cada día. No sólo son nutritivas y sanas, si no también muy saciantes. Es uno de los alimentos más completos que podemos desayunar, gran aporte energético, con ocho aminoácidos de base, digestiva, depurativa... no me voy a enrollar más, podéis buscar toda la información que queráis sobre los beneficios de este cereal.

Uno de mis tazones de avena con dátiles y canela.


Personalmente me decanto desde hace dos años por la avena de la casa Santiveri. Viene muy limpia, sin apenas cáscaras y da gusto comerla. Se vende por dos euros el medio kilo, son de cultivo ecológico.
Os cuento esto a modo de anécdota, ya que hace tiempo, me quedé sin ella, y no la encontraba en León donde la vendían. Compré el primer paquete que pillé en la herboristería y al día siguiente me lo pasé escupiendo cáscaras en el desayuno, era imposible comer alguna cucharada sin que salieran varias. Esto es raro, ya que se separan muy bien en el proceso de limpieza, pero dije que una y no más.

Hasta aquí mi entrada de hoy, espero que os haya ayudado y aportado alguna idea para vuestros súper desayunos. Recordad que si os cuesta desayunar, es más que nada una cuestión de costumbre, empezad poco a poco y no volveréis a salir de casa sin haber comido.


jueves, 7 de mayo de 2015

¿Cómo empezar una vida más saludable?

Hola a todos.
Gracias por hacer un alto en mi recién nacido blog. 
Me ha parecido una buena idea inaugurarlo con un tema muy actual: mejorar nuestra vida de una forma más saludable. ¿Y cómo logramos esto? Os preguntaréis. Bueno, pues voy a intentar animaros a dar unas pequeñas pinceladas a vuestra vida diaria que la harán mucho más sana en base a mi propia experiencia.


Como estaréis hartos de leer en mil y un sitios, "hay que llevar una vida sana, hay que hacer ejercicio, hay que comer verduras, hay que, hay que hay que..." no me voy a liar, pero muchas veces nos encontramos con mil y un diversos factores, como el tiempo, el dinero, la edad, el trabajo, mil y un impedimentos que pueden llegar a frustrar nuestro plan de vida saludable. Y voy a empezar a daros las ideas para llevarlo a cabo.

1. Desayuna.

Me voy a explayar a gusto en este primer punto, así que prepara una taza de esa infusión o té que tanto te gusta y disfruta de la lectura.
No admito negativas, ni excusas ni las típicas frases de "es que no me entra nada, es que me levanto con el estómago raro" o similares que muchos decís o habéis oído seguro alguna vez en vuestra vida. Muchas veces, aunque no lo creáis, es rutina. Debéis romper con ella. 
Es mejor que os levantéis cinco minutos antes, os lavéis la carita, y podáis disfrutar sentados de ese delicioso café que tanto os gusta. Sé que cuesta leer que os pida "madrugar" pero tenéis hacerlo, ya que toca desayunar, y aquí, puedes darte un buen gustazo comiendo.
El estómago tras el período de ayuno nocturno, tarda en despertarse (es un vago, os lo digo de primeras) en torno a 20 minutos desde que nosotros ponemos adormilados un pie en el suelo para levantarnos de la cama. Con lo que esa sensación de "no puedo desayunar" ya sabéis a qué se debe.
Para darle un empujoncito y que os empiece a entrar el hambre, lo mejor es tomar en cuanto pisemos la cocina tras despertar, un vaso de agua del tiempo. Nunca muy fría, pues podría dañar la pared estomacal. 
Estas tortitas sólo tienen dos ingredientes, si queréis recetas o ideas, decídmelo
Tenéis que comer algo, siempre, si o si. No sólo el café bebido. El cuerpo necesita energía, y si no se la dais, vais a tener esa sensación de adormecimiento hasta bien entrada la mañana. Esto es debido a que el cuerpo, cuando no tiene nutrientes que digerir, entra en una situación de reserva de energía: no vais a poder pensar bien, moveros con agilidad, os va a costar reaccionar, y lo que no os interesa para nada seguramente, no os ayuda si queréis perder peso. 
El cuerpo, al reservar energía, va tratar de gastar lo justo de las reservas que tengamos en el organismo, y por ello, debemos alimentarlo. Para perder peso, ganar músculo, sentirse mejor: hay que comer.
Es la comida más importante del día. En ella podemos permitirnos casi cualquier lujo, y os animo a que lo hagáis. Ojo, con ello no quiero decir que comáis 2 donuts, pero podéis combinar el café,té, colacao con una tostada con mantequilla y mermelada, queso fresco y pechuga de pavo o jamón york, algo de fruta... lo que gustéis. Recordad meter algo de proteína en el desayuno, os ayudará a estar saciados más tiempo.

Desertad de las ideas de tomar un mísero biscote y una taza de té. ¿En serio creéis que vais a lograr algo con un vaso de agua con sabor y un trozo de pan seco? La respuesta por desgracia es no. Muchas dietas exprés abogan por el "pasa hambre" con sus súper ideas sobre comida. Nunca lo hagáis. Podéis tener algo de ganas, pero no pasar un hambre atroz. 
En mi caso, desayuno un poco de todo. Llevo una alimentación muy sana debido al estudio y al entrenamiento que realizo, otro día os daré ideas más en profundidad si queréis.


2. Procura hacer 4 o 5 comidas al día.

Intentad no pasar más de tres horas sin comer, ya que tardamos entre dos y tres horas (depende del metabolismo, el sistema digestivo de cada uno, si hay dolencias o enfermedades) en hacer una digestión completa. 

Hasta en Ikea podemos comer sano
Es mejor que llevemos alguna fruta que nos guste en un minitupper o entera en el bolso o mochila, alguna barrita de cereales, queso fresco... algo que nos sacie, nos dé energía y no estemos otras cinco horas sin llevarnos nada a la boca. 
Y en cuanto el estómago se quede sin nada en lo que trabajar, nos va a pedir guerra. O al menos, así debería ser en principio, pero muchas veces el hambre es provocada por deshidratación, y de ello os hablo en el siguiente punto.
Nunca jamás sustituyáis comidas. Es lo peor que podéis hacer. Cualquier tipo de comida sustitutiva tiene unas cantidades de azúcar bestiales. 

3. Bebe agua siempre que puedas.

Si tenéis espacio en el bolso o mochila intentad llevar con vosotros una botella de agua. No tiene por qué ser grande. Con que sea de 250 ml o de 500 ml será suficiente. Podréis tener siempre agua a mano o rellenarla.
Jamás os forcéis a beber. Si, hay que beber entre 1'5 L y 2 L de agua al día, pero cuando tengamos sed. Cada cuerpo sabe cuándo necesita hidratarse, pero muchas veces, también actúa por costumbre. Os cuento: en ocasiones la deshidratación nos provoca una extraña sensación de hambre. Para saber si es un hambre real, probad a beber un vaso de agua, y esperad como un cuarto de hora. Si pasado ese tiempo, seguimos con una sensación de vacío y hambre, comed algo: un yogur, una manzana, un quesito.
Si sois de los que no bebéis agua ni a tiros u os cuesta mucho beber, intentad ir incrementando la ingesta: antes de comer bebed un vaso de agua para ayudar a no comer con ansiedad, después de comer bebed otro, ayudará a la digestión. O cuando os levantéis, al ir a la cocina, si tenéis que llevar papeles a algún compañero bebe un poco antes de acercarlos a su mesa... lo que gustéis.

4. Un snack sano

Es mejor ir a lo seguro, como ya puntualicé arriba, tratando de tener siempre algo en el bolsillo o tener localizado un sitio en el que poder comprar o comer algo sano, rico y que nos ayude a aguantar el tirón antes de una comida principal.
Yo tengo un tupper muy pequeño que compré en una tienda del barrio, y siempre que algo varias horas, suelo llevarlo conmigo con un puñado de almendras, avellanas, un plátano troceado, un par de dátiles, un poco de pechuga de pavo... lo que os imaginéis y os guste. Pero siempre intentando tirar hacia lo más sano posible, antes que bollerías industriales.

Yogur natural desnatado, frambuesas y unas pepitas de cholotate.
Mantén a tu estómago ocupado, acelerará tu metabolismo, te ayudará a digerir mejor los alimentos, quemarás más calorías, y lo más importante: no tendrás esa terrible sensación de hambre. No con ello quiero decir que comáis cada poco, lo normal es cada tres horas, tres comidas principales y dos almuerzos o tentempiés.
Masticad bien los alimentos, saboreadlos, disfrutad de lo que coméis, no hay prisa. Aunque sean cinco minutos, son tus cinco minutos.
Deben ser tentempiés, no mucha cantidad, y a ser posible nada muy azucarado o procesado. Eso ralentizará el metabolismo y la digestión.

5. ¿Y el ejercicio?

¡ El dichoso tiempo ! Del que vamos tan justos si trabajamos fuera de casa y lejos, o si tenemos que hacer mil cosas en casa, hacer la cena, o si tenéis niños atenderles... Si, a veces muchas cosas se ponen en nuestra contra.
Antes de poder volver al gimnasio a entrenar, comencé hace dos años haciendo ejercicios en mi casa... mientras veía las series que me gustaban. Que si, que sé que no apetece a veces, que lo que mola es ver algo tapadas con la manta y tiradas en el sofá tras un largo día, pero si no tienes tiempo, puedes crearlo, como hice yo. Disfruta de la serie haciendo sentadillas mientras estás enganchada a "Velvet" ( creedme cuando os digo que yo me motivaba mucho así, porque se me pasaba el tiempo volando ) o mientras haces unos dips de triceps, ejercicios que puedes realizar mientras sigues atenta a la pantalla pero moviéndote. 
Todo es buscar un ratín para movernos,y lo agradeceréis, sobretodo porque en diez minutos empezaréis a segregar endorfinas, estaréis de mejor humor aunque os deje agotados el ejercicio y el día de trabajo o recados que hayáis tenido.

6. No te vayas a la cama con hambre

Jamás de los jamases se os ocurra ir a la cama sin cenar algo, lo que sea. Recordad que si no el organismo dejará de quemar energía y reducirá sus funciones al mínimo. Aunque vayamos a dormir, debemos comer algo: una sopa con tofu, espárragos (sin salsas) , un filete de pollo con aguacate, un poco de merluza, lo que sea, que no sea muy pesado tampoco, ya que por la noche nos cuesta más hacer la digestión.
 
Una de mis famosas ensaladas. Perfectas antes de ir a dormir.


7. Trucos del almendruco

Un par de cosas que yo hago y que quizás os guste saber:

Añado limón al agua: podemos o bien tomarla sola, con una rodaja de limón o el zumo de medio limón diluído en agua. ¿Por qué? Muy sencillo. El limón es un estupendo antioxidante, depurativo y lo que más nos interesa: acelera el metabolismo, lo cual hará que quememos más calorías. 
Delicioso té al limón, con su rodaja de limón :)

Es bueno comer frutos secos: nos darán mucha energía, proteínas, antioxidantes y fibra. Además la grasa que poseen ( ácidos grasos monoinsaturados ) es la conocida como "grasa buena". Esto se debe a que ayuda a reducir el colesterol, entre otras cosas, pero esta es la principal. Como todo, dentro de un límite y sin abusar.

No uses edulcorantes: es algo que últimamente se ha mirado mucho con lupa, dado sus consecuencias a largo plazo. Antes yo utilizaba sacarina, pero no me gustaba el sabor que le daba,así que opté por no usar nada, salvo que cocine para gente por supuesto. En ese caso, y dependiendo de lo que sea, utilizo azúcar blanco o azúcar moreno. No he probado la stevia, así que no os puedo hablar de ella. Sólo sé, que creo que es mejor eliminar los productos artificiales siempre que podamos, y los edulcorantes lo son. Y antes que el azúcar blanco, emplead azúcar moreno, os enamorará.

Cuidado con la sal: como sin sal desde hace años, es raro que la use en las comidas. Debido a que empleo especias, esas grandes olvidadas pero muy amigas de nuestra famosa "dieta mediterránea" y que tan pocos usan. Están ahí, al alcance de vuestra mano, con una amplia gama de sabores que os va a sorprender. Pimienta negra, eneldo, romero, canela, orégano, pimentón... os aseguro que si empezáis a usarlas en vuestras comidas, no echaréis de menos los excesos de la sal, palabra.

Y hasta aquí la primera entrada ( algo extensa ) de este recién estrenado blog. Espero no haberme hecho pesada en demasía, si queréis comentarme lo que quiera estaré encantada de leeros y responder, ideas, sugerencias, lo que se os ocurra, será bien recibido.
Nos vemos en el siguiente post, hasta luego leones.